domingo, 29 de agosto de 2021

La enfermedad del alcoholismo, tipos de bebedores, faces.

 


Alcohol. Esta palabra hace referencia a una de las sustancias psicoactivas legales más populares y consumidas en todo el mundo. Esta sustancia actúa como depresor del sistema nervioso central, desordenando las membranas neuronales y aumentando la movilidad de las moléculas presentes en el cerebro.

Se ha comprobado que la toma de pequeñas cantidades diarias mejora la salud y protege contra enfermedades cardíacas, produciendo además sensación de excitación, disminuyendo el nivel de ansiedad y las frecuencias cardíaca y respiratoria. Sin embargo, en dosis más elevadas disminuye el nivel de conciencia y la coordinación psicomotriz entre otros efectos, y de mantener un consumo continuado puede desembocar en una dependencia hacia esta sustancia, también conocida como alcoholismo, que de mantenerse a lo largo de un periodo de al menos doce meses que puede provocar lesiones en diversas áreas cerebrales.

¿Qué es la dependencia?



Se entiende por dependencia aquel cuadro caracterizado por la existencia de la adquisición de una tolerancia notable necesitando incrementar la cantidad de sustancia para conseguir los efectos deseados, la presencia de síntomas de abstinencia, el uso prolongado de la sustancia más allá de lo que pretendía el consumidor, el deseo persistente de suprimir o controlar la conducta, el deterioro de otras actividades debido a la realización continua de actividades para conseguir la sustancia y la toma de sustancia a pesar de conocer la afectación que esta provoca sobre la propia persona.

En el caso de la dependencia al alcohol, esta dinámica de toma constante de bebidas alcohólicas tiende a desembocar en una serie de lesiones a nivel neurológico.

Dichas lesiones se producen en el cuerpo calloso, la protuberancia y el sistema líbico, lo que explica la existencia de problemas de memoria y reacciones emocionales intensas. Asimismo también disminuye la densidad de las conexiones de las dendritas de las neuronas y el número de éstas en cerebelo e hipocampo, cosa que incide en la capacidad de coordinación motora y aprendizaje.



Tipos de alcoholismo según la clasificación de Jellinek



Existe un gran número de causas y pautas de consumo del alcohol en personas dependientes.

En este sentido se han establecido un gran número de clasificaciones, destacando la propuesta por Jellinek. Este autor clasifica a los bebedores y a los alcohólicos en cinco grupos distintos, con el fin de indicar los problemas sociales y terapéuticos propios de cada grupo.

1. Bebedores tipo Alpha
Este tipo de bebedor realiza un consumo exagerado y excesivo con el objetivo de mitigar los efectos de una enfermedad mental o médica. En estos bebedores no hay una verdadera dependencia, con lo que en realidad esta clasificación no entraría dentro del concepto de alcoholismo.

2. Bebedores tipo Beta

En este tipo de bebedores no existe tampoco una verdadera dependencia alcohólica. Se ven incluidos en esta clasificación los bebedores sociales, que consumen excesivamente cosa que les puede provocar una lesión somática.

3. Alcoholismo tipo Gamma

Este tipo de individuos presentan una verdadera adicción, manifestando una clara pérdida de control ante la bebida, craving o deseo desmesurado por acceder a ella, tolerancia al alcohol y adaptación a sus metabolitos. Dentro de este grupo se encontrarían los sujetos alcohólicos crónicos.

4. Alcoholismo tipo Delta

Los sujetos incluidos en esta categoría presentan también una adicción al alcohol, presentando incapacidad para mantener la abstinencia pero sin presentar una pérdida de control ante la bebida. Dicho de otro modo, necesitan beber de forma asidua, pero sin llegar a estar ebrio.

5. Alcoholismo tipo Epsilon

El llamado alcoholismo periódico se da en los sujetos que presentan pérdida de control ante la bebida y problemas conductuales, pero consumiendo de forma esporádica, pasando largos periodos entre toma y toma.

Fase del alcoholismo 



Fase prealcohólica

La ingesta de alcohol se produce de forma “social” va progresando a ser una alternativa para aplacar las tensiones del día a día. Como hemos dicho, la sensación de dopamina en el cerebro alegra el día, pero cuidado con que empiece a ser cotidiano.
La tolerancia al alcohol aparece relativamente pronto. Un día es una caña después de salir del trabajo, luego es una copa…Empieza a beber alcohol antes y después de ingerirlo socialmente. 
La malsana copa de “cobertura” en casa mientras te preparas para salir con los amigos.Necesita beber cada vez mayor cantidad y con más frecuencia para obtener los efectos psicotrópicos deseados.

Alcoholismo temprano

Episodios cortos de amnesia. La memoria falla, aunque esto no es general.
Los síntomas de abstinencia empiezan a aparecer y el sujeto inicia cada vez más tempranamente la ingesta de alcohol.
Algunos sujetos empiezan a padecer de trastornos del sueño, despertándose durante la noche.
El alcohol comienza a ser una preocupación e interfiere en la vida: absentismo laboral, excusas sociales e incluso pequeños robos para conseguir alcohol.
Sentimientos de culpa. El bebedor esconde las botellas o bebe a escondidas. Sin embargo en este periodo el sujeto suele desmentir sus problemas con el alcohol.

  
Fase crucial
Pérdida de control sobre el comportamiento.
La persona se vuelve adicta.
Tolerancia reducida: en esta fase el sujeto podría llegar a tener los mismos efectos del alcohol con menos cantidad por lo que parece que tiene más control de la situación. Arma de doble filo, ya que piensa que ya lo tiene controlado.
La vida social empieza a desintegrarse: trabajo, familia, amigos, etc…

Fase crónica
El alcohol ha vencido a la persona que puede llegar a pasar periodos de más de una semana ebria e ingerirá todo tipo de sustancias que contengan alcohol.
Lesiones físicas. El hígado se resiente y el cerebro sufre cambios físicos. Déficits vitamínicos, muchos de ellos derivados de la despreocupación por la higiene y la nutrición. Causas que puede llevar al coma etílico y la muerte.

Trastornos derivados del alcoholismo

El consumo abusivo de alcohol puede provocar problemas graves en la salud física y mental de los consumidores.

Intoxicación alcohólica

Entre ellos destaca la intoxicación etílica, es causada por la ingestión reciente de una cantidad elevada de alcohol (o bien consumido con una velocidad excesiva) y se caracteriza por la presencia de cambios psíquicos y conductuales como agresividad, euforia, control muscular deficiente, enlentecimiento mental y físico, farfulleo, alteraciones de memoria, percepción y atención. Puede ir de la simple ebriedad al coma etílico y la muerte.

Síndrome de abstinencia

Otro de los trastornos relativos al consumo de alcohol es el síndrome de abstinencia. Este síndrome, que se da ante el cese o interrupción brusca en consumidores crónicos, suele iniciarse con temblores entre las siete y cuarenta y ocho horas el último consumo.

Son frecuentes la ansiedad, agitación, temblor, insomnio, náuseas e incluso las alucinaciones. Las alteraciones de este síndrome dependen en gran medida del tiempo y cantidad de consumo frecuente, pudiendo presentarse convulsiones y crisis epilépticas, alucinosis alcohólica o incluso delirium tremens como una de las manifestaciones más graves de abstinencia.



En el caso del delirium tremens, es muy importante recurrir a ayuda médica con urgencia, ya que un 20% de los casos son mortales en caso de no acudir al hospital, e incluso contando con intervención de especialistas, un 5% de las personas mueren. Este cuadro clínico aparece en 3 fases:

Primera fase: ansiedad, taquicardia, insomnio y mareos.

Segunda fase: 24 horas después, los síntomas anteriores se agravan y aparecen temblores y abundante sudoración.

Tercera fase: alucinaciones, desorientación, taquicardia, delirios y estupor.

Amnesias inducidas por alcohol

También son conocidos los blackout, o amnesias parciales, que se pueden clasificar en amnesia dependiente del estado (en que se olvidan acciones realizadas durante la ebriedad que solo se recuerdan en estado de embriaguez), fragmentaria (amnesia de lo ocurrido durante la embriaguez con algunos momentos intermedios preservados) o en bloque (olvido total de lo ocurrido durante la borrachera).

El abuso habitual del alcohol hace que mueran muchas neuronas del hipocampo, y como consecuencia aparecen problemas a la hora de crear recuerdos sobre lo que ocurre cuando el nivel de alcohol en sangre es alto. A la vez, los problemas de memoria declarativa pueden permanecer en el largo plazo.

Trastornos del sueño
Se producen también dificultades de sueño, disminuyéndose el sueño REM e incrementándose las fases 2 y 3 del sueño no REM para producirse en la segunda mitad de la noche un repunte del sueño REM que puede despertar al individuo.

Trastornos crónicos

Al margen de estos trastornos de carácter agudo, también pueden presentarse trastornos crónicos tales como el Síndrome de Wernicke-Korsakoff, alteraciones cognitivas (pérdida de memoria, disminución de capacidad de juicio y planificación o deterioro de la atención entre otras) o disfunciones sexuales, de personalidad (incluyendo celos patológicos en las relaciones de pareja) y otros trastornos neurológicos y hepáticos.

Tratamientos eficaces establecidos
A nivel farmacológico, se emplean distintos medicamentos para tratar la dependencia al alcohol. Destaca el uso de disulfiram para producir una respuesta aversiva a tomar alcohol y la naltrexona para frenar el craving o deseo de consumo.

Respecto al tratamiento psicológico, a lo largo del tiempo se han creado múltiples programas y tratamientos con el fin de combatir el alcoholismo. De entre ellos algunos de los más eficaces en la actualidad son la aproximación al refuerzo comunitario, la terapia cognitivo-conductual y la terapia familiar y de pareja.

1. Aproximación al refuerzo comunitario o "Community Reinforcement Approach" (CRA)

Programa ideado teniendo en cuenta la importancia de la familia y la sociedad a la hora de reforzar la sobriedad del alcohólico. Se emplean en él técnicas motivacionales y refuerzo positivo. El objetivo principal del programa es reducir el consumo y aumentar el comportamiento funcional.

Se emplea disulfiram, entrenamiento en habilidades de comunicación, entrenamiento en técnicas de búsqueda de empleo, actividades lúdicas no compatibles con el alcohol y entrenamiento en manejo de contingencias para resistir la presión social a beber mediante sensibilización encubierta. Se trata del programa con el mayor nivel de eficacia comprobado.

2. Terapia cognitivo-conductual
Incluye entrenamiento en habilidades sociales y afrontamiento y prevención de recaídas.

En el primer paso se pretende producir un aumento de la capacidad de manejo de las situaciones que desencadenan el deseo de beber, preparando para el cambio, enseñando habilidades de afrontamiento y generalizándolas a la vida cotidiana.

Respecto a prevención de recaídas, se incide en la posibilidad de que el sujeto vuelva a beber en una ocasión (caída), diferenciándolo de la recaída (reinstauración del hábito) para que no se dé un efecto de la violación de la abstinencia (creando disonancia cognitiva y auto atribución personal de la adicción, cosa que a la larga provoca una culpabilidad que facilita la recaída).

3. Terapia familiar y de pareja

Componente esencial en los programas de tratamiento. Por sí solo también resulta de una gran efectividad. Al margen del propio problema, se focaliza en cómo éste afecta a la relación de pareja y refuerza la comunicación, negociación y actividades que facilitan mantener la relación de forma correcta.

En conclusión
A pesar de que el alcoholismo es un problema crónico, en un gran número de casos el pronóstico una vez normalizada la conducta es positivo: se ha observado que se ha logrado en más de un 65% de los casos tratados mantener controlada la abstinencia. Sin embargo, es necesario detectar el problema a tiempo e iniciar un tratamiento lo más rápidamente posible para evitar que el sistema nervioso quede muy dañado.

En algunos casos, además, la retirada del consumo de alcohol debe hacerse de manera controlada y supervisada por médicos, ya que el síndrome de abstinencia puede dar pie a muchos problemas o incluso llevar a la muerte.

Referencias bibliográficas:

American Psychiatric Association. (2013). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Quinta edición. DSM-V. Masson, Barcelona.
Hunt, G.M. y Azrin, N.H. (1973). A community-reinforcement approach to alcoholism. Behaviour Research and Therapy,11, 91-104
Jellinek, E.M. (1960). The disease concept of alcoholism. New Brunswick: Hillhouse Press
Kopelman, M.D. (1991). Non-verbal, short-term forgeting in the alcoholic Korsakoff syndrome and Alzheimer-type dementia. Neuropsychologia, 29, 737-747.
Marlatt, G.A. (1993). La prevención de recaídas en las conductas adictivas: un enfoque de tratamiento cognitivo-conductual. En Gossop, M., Casas, M. (eds.), Recaída y prevención de recaídas. Barcelona: Ed.Neurociencias.
Santos, J.L; García, L.I.; Calderón, M.A.; Sanz, L.J.; de los Ríos, P.; Izquierdo, S.; Román, P.; Hernangómez, L.; Navas, E.; Ladrón, A y Álvarez-Cienfuegos, L. (2012). Psicología Clínica. Manual CEDE de Preparación PIR, 02. CEDE. Madrid.

domingo, 22 de agosto de 2021

¿El consumo de drogas siempre implica riesgos?

  


 

 

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El consumo de drogas conlleva unos riesgos que no se deben olvidar. Son riesgos genéricos, comunes a todas las sustancias e independientes de las formas de consumo; es decir, estos riesgos se dan sin que para ello el sujeto tenga que ser un adicto.

Riesgos asociados a los efectos psicoativos de las sustancias

El consumo de sustancias modifica el comportamiento y puede ocasionar problemas, en ocasiones, fatales. Los accidentes son uno de ellos. Cuando las personas están bajo los efectos de alguna sustancia, se altera la percepción (tanto visual como auditiva), los reflejos y la capacidad de respuesta motora. Esto tiene como consecuencia un importante número de accidentes de tráfico, accidentes domésticos (caídas o roturas) o accidentes laborales (manipulación errónea de maquinaria).

Las drogas, en general, disminuyen los mecanismos de inhibición y de autocontrol. Por ello es muy común que las personas bajo los efectos de sustancias sean más proclives a las peleas y otras situaciones de violencia callejera como rotura del mobiliario urbano, actitudes desafiantes y agresivas entre personas y/o grupos, que pueden llegar incluso hasta las agresiones físicas graves.

También en los acercamientos sexuales influyen las drogas porque la desinhibición facilita las relaciones sociales y los encuentros y porque el estado de descontrol hace que las personas digan o hagan todo aquello que les va surgiendo, incluido un encuentro sexual. Además, las personas en una situación de desinhibición, pueden no tomar las medidas profilácticas necesarias para la prevención de enfermedades infectocontagiosas y de embarazos no deseados.

Riesgo de ocupar un lugar central

Las drogas generan el deseo de repetición del consumo, por lo que pueden llegar a ocupar un lugar central en la vida y a provocar un recorte de la libertad.

En innumerables conversaciones y debates sobre las drogas se han utilizado expresiones como que las drogas esclavizan, impiden la libertad…, comentarios todos ellos reales, pero que dichos en un contexto de alarma, confieren a las sustancias un carácter pecaminoso o demoniaco que es importante evitar.

El placer que provoca el consumo de sustancias es inmediato, por lo que es muy común volver a consumirlas. La posibilidad de la reincidencia es real y es difícil marcar la frontera entre el uso y el abuso.

En las situaciones en las que el consumo ya es habitual, las actividades en torno al mismo son cada vez más importantes y el individuo empieza a dejar de hacer muchas cosas que hasta entonces formaban parte de su vida cotidiana. Abandonar otras actividades para satisfacer el consumo, implica la reducción de opciones vitales y el aislamiento creciente del individuo. Es decir, precisamente ese “dejar de lado otras cosas de la vida” es lo que constituye un riesgo.

Riesgo para las relaciones personales

Cuando tomamos cualquier droga, el funcionamiento de nuestro organismo se altera y nuestra manera de actuar y de relacionarnos también se modifica.

En principio, las drogas legales se toman en situaciones sociales con objeto de facilitar el encuentro con los otros, de relajarse, de distender la comunicación, etc. Para algunas personas ese consumo social es imprescindible para poder relacionarse: así se convierte en un riesgo. Por ejemplo, qué difícil se le hace a un exfumador no coger un cigarrillo en una reunión de trabajo, durante una conversación telefónica, en una sobremesa con amigos, etc.

Asimismo, cuando una persona consume sistemáticamente alguna sustancia, puede tener cambios bruscos en su estado de ánimo o manifestar actitudes y comportamientos (como el desinterés, la locuacidad, la impulsividad, llegando incluso a la violencia) que repercuten directamente en sus relaciones personales.

Riesgo para el organismo

Todas las drogas, dependiendo de las formas de consumo, suponen un riesgo para el organismo, porque alteran y dañan su funcionamiento y aunque cada una de ellas incide especialmente en un órgano concreto, todas con mayor o menor intensidad dejan su impronta en el sistema nervioso central.

Las drogas provocan en el sistema nervioso central:

            · A nivel orgánico: degeneración y atrofia del cerebro, neuropatías, cefaleas y accidentes vasculares como el infarto cerebral.

            · A nivel de funcionamiento: desorientación y confusión, percepción alterada de la realidad, estados de pánico, depresión, psicosis, paranoia, somnolencia, desinhibición, excitación, comportamientos agresivos, irritabilidad, dificultad de concentración, alteraciones de la memoria, falta de control del pensamiento, alucionaciones, fluctuaciones del humor, trastornos psicológicos, etc.

El sistema circulatorio también se ve afectado. Las drogas producen dolencias como: hipertensión, arritmias, enfermedades cardiovasculares, trombosis, infartos, etc,

El sistema digestivo las drogas pueden producir trastornos nutricionales como bulimia y anorexia nerviosa, alteración del proceso de digestión, acidez de estómago, diarrea, estreñimiento severo, afecciones renales, hepatitis, cirrosis y cáncer de esófago, páncreas y vejiga.

El sistema respiratorio también puede verse afectado: irritación de las vías respiratorias, inflamación de los bronquios, disminución de la capacidad pulmonar, depresión respiratoria, diseña, enfisema pulmonar y cáncer de pulmón.

En el sistema locomotor producen descoordinación motora, letargo, relajamiento muscular, reducción de la percepción del dolor, hiperactividad motora, pérdida del equilibrio, vértigo, temblores y movimientos convulsivos, ausencia de fatiga y, en otros casos, sensación de fatiga permanente.

En el sistema reproductor las drogas pueden provocar apatía sexual o impotencia. En los varones puede dificultar la erección y disminuir la eyaculación. En las mujeres, ausencia de menstruación, problemas en la ovulación, etc.

En caso de embarazo, el consumo de drogas supone un peligro para el feto: riesgo de parto prematuro, de malformaciones en las extremidades, de malformaciones a nivel cerebral…

Las drogas por sí mismas, junto a las alteraciones que provocan en el organismo, favorecen el desequilibrio inmunológico: disminuyen las defensas y, por ello, las posibilidades de infecciones son muy elevadas.

Riesgo de adicción

Todas las drogas pueden provocar adicción, esa dependencia que impide a los individuos desarrollar su vida normal y que tiene además efectos negativos en su entorno más próximo por la pérdida del trabajo, el deterioro de las relaciones (familiares, de amistad y de trabajo), la pérdida de bienes materiales, etc.

Si se llega a este último eslabón del proceso para superarlo se requieren, en la mayoría de los casos, ayuda especializada.

Es tan arriesgado para la vida que las administraciones invierten importantes recursos para, a través de la educación y la formación, evitar que las personas crucen la frontera hacia la adicción.

sábado, 14 de agosto de 2021

La familia y la codependencia en los trastornos adictivos

 Codependencia

 

La familia como sistema recibe de manera frontal el impacto de una adicción, de modo que no existe familia que no se afecte y muestre síntomas de disfunción, cuando uno de sus miembros se enferma de adicción.

Paradójicamente además, la familia afectada por la adicción, termina produciendo un sistema de conductas que apoyan al desarrollo de la adicción. A esto le llamamos codependencia.

 Definición de Codependencia

 La codependencia se define como el ciclo de patrones de conducta, y pensamientos disfuncionales, que producen dolor, y que se repiten de manera compulsiva, como respuesta a una relación enferma y alienante, con un adicto activo o en una situación de toxicidad relacional.

 Quiénes desarrollan Codependencia?

La codependencia puede ocurrir en cualquier persona que está en contacto con la adicción de otra persona, ya sea un familiar, amigo, compañero, pareja o cliente que sufra de adicción. Ademas existen otros desordenes de conducta y enfermedades que pueden generar codependencia, tales como la esquizofrenia, la violencia, el maltrato y las neurosis. Toda persona expuesta a estos desórdenes, puede desarrollar codependencia.

Muchas veces alguien que ha desarrollado codependencia por crecer en una ambiente disfuncional adictivo, no manifiesta grandes síntomas hasta que se casa o forma una relación de pareja. Por otro lado, con mucha regularidad las hijas de adictos, terminan casándose con otros adictos, aún sin que esto sea una decisión conciente.

 Cuales son los síntomas de la Codependencia?

  La codependencia se caracteriza por una serie de síntomas tales como:

 1.- Dificultad para establecer y mantener relaciones intimas sanas

2.- Congelamiento emocional

3.- Perfeccionismo

4.- Necesidad obsesiva de controlar la conducta de otros

5.- Conductas compulsivas

6.- Sentirse sobreresponsables por las conductas de otros

7.- Profundos sentimientos de incapacidad

8.- Verguenza tóxica

9.- Autoimagen negativa

10.- Dependencia de la aprobación externa

11.- Dolores de cabeza y espalda crónicos

12.. Gastritis y diarrea crónicas

13.- Depresión

 Estos síntomas se presentan primero en la relación enferma que produce la tensión, pero luego se transfiere a las demás relaciones del codependiente.

 Disfuncion Familiar

  Las relaciones famliares y la comuncación se van haciendo cada vez mas disfuncionales, debido a que el sistema familiar se va enfermando progresivamente. La comunicación se hace mas confusa e indirecta, de modo que es mas fácil encubrir y justificar la conducta del adicto. Esta disfunción se va convirtiendo en el estilo de vida familiar y produciendo en muchos casos el aislamiento de la familia de los contactos sociales cotidianos. Las reglas familiares se tornan confusas, rígidas e injustas para sus miembros, asi como los roles de cada miembro familiar que se van distorsionando a lo largo del proceso de avance de la adicción. Todos los miembros de la familia se afectan de este sistema de reglas disfuncionales, y es allí, donde los niños van formando su carácter codependiente, que puede facilitar el desarrollo de adicciones o de relaciones enfermas en el futuro.

 Facilitación

 La conducta codependiente es una respuesta enferma al proceso adictivo, pero además se convierte en un factor clave en la evolución de la adicción. O sea que la codependencia promueve el avance del proceso adicctivo. A este concepto le llamamos "facilitación". Existen diversas formas que toma la facilitación que oscilan entre la colaboración y la agresión. Los codependientes no pueden darse cuenta de que están facilitando el problema, en parte por la negación y en parte porque están convencidos que su conducta esta justificada, debido a que están "ayudando" a que el adicto no se deteriore más, y a que la familia no se desintegre. Tenemos una sección entera que se refiere a este tema.

 Maldiagnóstico

 Es más frecuente de lo que pensamos, que las personas codependientes acudan en busca de ayuda médica, pero sin mencionar el problema que les aqueja en el seno familiar, por lo que los profesionales de salud encargados de hacer el diagnóstico, terminan etiquetándolo como "depresión" o simplemente "estres". A pesar de que la codependencia cursa con sentimientos depresivos, es importante tener en cuenta de que la depresión en este caso, es un síntoma de la codependencia, y esta a su vez es causada por el proceso adictivo que ocurre en la familia. Si se logra hacer el diagnóstico correcto, es más probable que la familia reciba la ayuda apropiada para resolver la codependencia y la adicción.

 

Codependencia Profesional

  Los profesionales de la salud que trabajamos en esta área del tratamiento de las adicciones, siempre estamos en riesgo de desarrollar condependencia como resultado de la exposición crónica a la adicción de nuestros pacientes. Los que tenemos experiencia, sabemos eso y nos protegemos, manteniendo nuestro cuidado personal y los límites sanos en la relación terapéutica. Sin embargo con alguna regularidad los profesionales se "enganchan" en relaciones codependientes, con las personas que sufren de adiccion o con sus familias. Muchas veces la intención es genuinamente la de ayudar, pero no ayuda en nada establecer una relación codependiente con un adicto. Las manifestaciones de esta condependencia podrían ser muy variadas, desde asumir reponsabilidad por el adicto, hasta protegerlos de las consecuencias de sus decisiones, y darle sermones repetitivos, o nunca referirlos a los servicios de tratamiento para adicciones. Pronto estaremos ampliando acerca de este tema que nos parece de especial relevancia.

 Recuperación de la Codependencia

 Asi como la adicción es una enfermedad tratable, la codependencia también lo és. El tratamiento de la codependencia puede consistir en una mezcla de psicoterapia y asistencia a grupos de autoayuda, hasta sesiones estructuradas de terapia familiar. Muchas veces la recuperación de una familia afectada por la adicción, comienza con la recuperación de los codependientes, sin embargo es necesario que el codependiente ponga el foco en su propia recuperación y cuidado personal, para que esto ocurra.

Los grupos de autoayuda para familiares de adictos, tales como: Familias Anónimas, Alanon y Codependientes Anónimos son de gran utilidad en el proceso de recuperación familiar y de la codependencia.

 La codependencia es el resultado del impacto de la adicción en la familia. Esta codependencia se manifiesta a través de patrones de conducta y relación que son disfuncionales y que facilitan el desarrollo de la adicción. La codependencia es tratable y la recuperación es posible.

MÁS INFORMACIÓN: SOPORTE 24/7 0979800455

 

 

 

lunes, 9 de agosto de 2021

¿Qué es la cocaína?

 

 ¿Qué es la cocaína?


 ¿Qué es la cocaína?

 

La cocaína es una droga estimulante y adictiva elaborada con las hojas de la planta de coca, nativa de América del Sur. Si bien los médicos pueden usarla con fines medicinales legítimos —como anestesia local en algunas operaciones quirúrgicas, por ejemplo—, el consumo recreativo de cocaína es ilegal. La cocaína que se vende en la calle tiene el aspecto de un polvo blanco fino cristalizado. A menudo, los vendedores callejeros la mezclan con sustancias como maicena, talco o harina para incrementar sus ganancias. También la pueden mezclar con otras drogas como la anfetamina (un estimulante) o con opioides sintéticos, entre ellos el fentanilo. Agregar opioides sintéticos a la cocaína es particularmente riesgoso cuando la persona que consume la droga no sabe que contiene otras sustancias peligrosas. La cantidad creciente de muertes por sobredosis de cocaína podría deberse a esta alteración de la droga.

¿Cómo se consume la cocaína?

Algunas personas aspiran el polvo de cocaína por la nariz o lo masajean en las encías. Otras lo disuelven y se lo inyectan en una vena. Hay quienes se inyectan una mezca de cocaïna y heroína conocida como “bola rápida” o speedball.

Otra forma común de consumo es fumar cocaína que ha sido procesada para crear un cristal de roca (también llamada cocaína base o cocaína purificada). El cristal se calienta y produce vapores que se inhalan y llegan a los pulmones. Esta forma de cocaína se llama crack por el sonido crujiente que hace la roca al calentarse. También hay quienes espolvorean la cocaína crack sobre tabaco o marihuana y la fuman como un cigarrillo.

Las personas que consumen cocaína a menudo lo hacen en atracones, es decir, consumen la droga en forma repetida durante un período de tiempo breve y en dosis cada vez más altas para mantener el estado de euforia o "high".

¿Qué efecto tiene la cocaína en el cerebro?

La cocaína aumenta los niveles de dopamina (un mensajero químico natural o neurotransmisor) en los circuitos del cerebro que participan en el control del movimiento y la recompensa.

Normalmente, la dopamina se recicla nuevamente en la neurona de la cual salió, cancelando así la señal entre las neuronas. Sin embargo, la cocaína evita el reciclamiento de la dopamina, lo que genera la acumulación de grandes cantidades del neurotransmisor en el espacio que se encuentra entre dos neuronas, interrumpiendo así la comunicación normal entre ellas. Este aluvión de dopamina en el circuito de recompensa del cerebro refuerza poderosamente la conducta de consumir la droga. Con el consumo continuado, el circuito de recompensa puede adaptarse y volverse menos sensible a la droga. El resultado es que las personas consumen dosis más altas y con mayor frecuencia para intentar sentir la misma euforia y aliviar los síntomas de abstinencia.

Efectos a corto plazo

Los efectos a corto plazo del consumo de cocaína incluyen:

  • energía y felicidad extremas
  • alerta mental
  • hipersensibilidad a la luz, el sonido y el tacto
  • irritabilidad
  • paranoia (desconfianza extrema e injustificada de los demás)

Algunas personas hallan que la cocaína las ayuda a realizar simples tareas físicas y mentales más rápidamente, mientras que en otras el efecto es el opuesto. Grandes cantidades de cocaína pueden originar comportamientos violentos, extraños e impredecibles.

Los efectos de la cocaína aparecen casi de inmediato y duran entre pocos minutos y una hora. La intensidad y el tiempo de duración de los efectos dependen del método de consumo. La cocaína que se inyecta o fuma produce una euforia más intensa y rápida que la que produce la droga inhalada, si bien dura menos tiempo; la euforia que causa la inhalación de cocaína puede durar entre 15 y 30 minutos, mientras que la euforia que se genera al fumar la droga puede durar entre 5 y 10 minutos.

¿Qué otros efectos tiene la cocaína sobre la salud?

Otros efectos del consumo de cocaína incluyen:

  • restricción de los vasos sanguíneos
  • dilatación de las pupilas
  • náuseas
  • aumento de la temperatura corporal y la presión arterial
  • aceleración o irregularidad del ritmo cardíaco
  • temblores y espasmos musculares
  • inquietud o desasosiego

Efectos a largo plazo

Algunos de los efectos a largo plazo de la cocaína dependen del método de consumo e incluyen los siguientes:

  • si se inhala: pérdida del olfato, hemorragias nasales, nariz con goteo frecuente y problemas para tragar
  • si se fuma: tos, asma, dificultad para respirar y mayor riesgo de contraer enfermedades como la neumonía
  • si se ingiere por la boca: marcado deterioro del intestino debido a la reducción del flujo de sangre
  • si se inyecta con aguja: mayor riesgo de contraer el VIH, hepatitis C y otras enfermedades que se transmiten por la sangre; infecciones de la piel o de los tejidos blandos; cicatrices; colapso de las venas.

Sin embargo, aun las personas que consumen cocaína sin emplear agujas están en riesgo de contraer el VIH porque la cocaína reduce la capacidad de juicio, lo que puede llevar a conductas sexuales arriesgadas con una pareja infectada (ver recuadro La cocaína, el VIH y la hepatitis).

Otros efectos a largo plazo de la cocaína incluyen malnutrición (debido a que la cocaína disminuye el apetito) y trastornos del movimiento, incluida la enfermedad de Parkinson, la cual puede presentarse después de muchos años de consumo. Ademäs, las personas reportan irritabilidad e inquietud por los atracones de cocaína y algunas experimentan episodios de paranoia intensa en los que pierden el contacto con la realidad y tienen alucinaciones auditivas, es decir, oyen voces que no son reales.

¿Es posible sufrir una sobredosis de cocaína?

Sí, una persona puede sufrir una sobredosis de cocaína. La sobredosis ocurre cuando se consume una cantidad de droga suficiente para producir efectos adversos graves o síntomas que ponen en peligro la vida o causan la muerte. Una sobredosis puede ser intencional o accidental.

La muerte por sobredosis puede ocurrir la primera vez que se consume cocaïna o en forma imprevista más adelante en cualquier momento que se consume la droga. Muchas personas que consumen cocaína también beben alcohol al mismo tiempo, lo cual es especialmente riesgoso y puede causar una sobredosis. También hay quien mezcla la cocaína con heroína, otra combinación peligrosa y fatal.

Algunas de las consecuencias más comunes y graves de la sobredosis son irregularidad de la frecuencia cardíaca, ataques al corazón, convulsiones y embolias. Otros síntomas de la sobredosis de cocaína incluyen dificultad para respirar, aumento de la presión arterial y la temperatura corporal, alucinaciones y ansiedad o agitación extremas.

¿Cómo se trata una sobredosis de cocaína?

No hay un medicamento específico que pueda revertir una sobredosis de cocaína. El control se realiza con el tratamiento sintomático y por lo tanto depende de los síntomas que se presenten. Por ejemplo, dado que una sobredosis de cocaína a menudo desencadena un infarto cardíaco, una embolia cerebral o convulsiones, el personal de auxilio inicial y los médicos de las salas de emergencias intentarán controlar la sobredosis con un tratamiento para esos trastornos, con el objetivo de:

  • restablecer la circulación sanguínea al corazón (infarto cardíaco)
  • restablecer la circulación de sangre oxigenada a la parte afectada del cerebro (embolia cerebral)
  • detener las convulsiones

¿De qué manera el consumo de cocaína conduce a la adicción?

Al igual que sucede con otras drogas, el consumo repetido de cocaína puede originar cambios a largo plazo en el circuito de recompensa y otros sistemas del cerebro, los que pueden llevar a la adicción. El circuito de recompensa con el tiempo se adapta a la dopamina extra que genera la droga y se vuelve paulatinamente menos sensible a su presencia. El resultado es que las personas consumen dosis más altas y con mayor frecuencia para sentir la misma euforia que sentían inicialmente y aliviar los síntomas de abstinencia.

Los síntomas de abstinencia incluyen:

  • depresión
  • fatiga
  • más apetito
  • sueños desagradables e insomnio
  • lentitud para pensar

¿Cómo pueden obtener tratamiento los adictos a la cocaína?

Para el tratamiento de la adicción a la cocaína se puede aplicar la terapia conductual. Algunos ejemplos incluyen:

  • terapia cognitivo conductual
  • control de contingencias o incentivos motivacionales (recompensar al paciente por no consumir la droga)
  • comunidades terapéuticas; estas comunidades son residencias en las que no hay drogas y las personas que se están recuperando de un trastorno por consumo de drogas se ayudan mutuamente para comprender y modificar su comportamiento
  • grupos de recuperación comunitarios, como los programas de doce pasos

Si bien no hay medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el tratamiento del trastorno por consumo de cocaína, el NIDA respalda una sólida cartera de proyectos para el desarrollo de medicamentos en esta área.

Puntos para recordar

  • La cocaína es una droga estimulante y adictiva elaborada con las hojas de la planta de coca, nativa de América del Sur.
  • A menudo los vendedores callejeros la mezclan con sustancias como maicena, talco o harina para incrementar sus ganancias.
  • También la mezclan a veces con otras drogas como la anfetamina (un estimulante) o el opioide sintético llamado fentanilo.
  • Algunas personas aspiran el polvo de cocaína por la nariz o lo masajean en las encías. Otras lo disuelven y lo inyectan en una vena, o se inyectan una combinación de cocaína y heroína llamada "speedball". Otro método popular de consumo es fumar cocaína crack.
  • La cocaína aumenta los niveles de dopamina (un neurotransmisor o mensajero químico natural) en los circuitos del cerebro que participan en el control del movimiento y la recompensa.
  • Una persona puede sufrir una sobredosis de cocaína. La sobredosis puede causar la muerte.
  • La adicción a la cocaína puede tratarse con terapias conductuales.
  • Si bien no hay medicamentos aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el tratamiento del trastorno por consumo de cocaína, el NIDA respalda una sólida cartera de proyectos para el desarrollo de medicamentos en esta área.


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